Los paradigmas moldean nuestro mundo. Desde paradigmas económicos, espirituales, científicos hasta filosóficos, son la base desde donde construimos nuestras teorías que aceptamos como ciertas y guían nuestra relación con el mundo. Nuestros paradigmas mentales son los que nos hicieron votar por A y no por B en las pasadas elecciones.
En el artículo "Turismo como sistema socio-ecológico: ¿Dónde intervenir?", declaramos nuestro amor por la aplicación de metodologías provenientes del campo de la Teoría de Sistemas, en él hablamos de los puntos de apalancamiento definidos por Donella Meadows y descubrimos que los tres más eficientes para transformar un sistema son:
3. Cambiar el propósito del sistema.
2. Cambiar los paradigmas que construyen el propósito.
1. El poder de trascender paradigmas.
Este último es el más poderoso. Mantenerse desapegado de los paradigmas, mantenerse flexible, darse cuenta de que ningún paradigma es "verdadero", que todos, incluido el que modela nuestra propia visión del mundo, es una comprensión tremendamente limitada de un inmenso y asombroso Universo que está mucho más allá de la comprensión humana. Es captar en un nivel instintivo el paradigma de que “existen paradigmas”, y ver que eso en sí mismo es un paradigma.
Todos quienes han logrado comprender esa idea, por un momento o durante toda la vida, han descubierto que es la base para un empoderamiento radical.
Desde Cuidadores de Destinos, seguiremos revisando constantemente las premisas que conforman nuestros paradigmas y dan vida a nuestro propósito. Nos mantendremos flexibles. Como organización, nacimos reflexionando, tal como indica Humberto Maturana: Reflexionar, es soltar las certezas. Las certezas que moldean nuestro paradigmas y construyen nuestro propósito seguirán siendo analizadas una y otra vez. Y en ello encontramos calma y tranquilidad; en la belleza de trascender paradigmas.